28 Ene Celos en la pareja: qué son, por qué aparecen y cómo manejarlos.
Los celos son una respuesta emocional compleja que viene acompañada por otras emociones como el miedo, la desconfianza, la ira, etc. Como cualquier otra emoción, los celos cumplen una función adaptativa; en este caso se desencadenan ante la alarma, real o imaginaria, de que algo o alguien amenaza nuestra relación de pareja.
Entonces, ¿sentir celos es normal? Sí. La cuestión no es sentir o no celos, sino la intensidad, la frecuencia y cómo influyen en nuestro comportamiento y relaciones. Dependiendo de estos factores, estaríamos hablando de celos normales o celos patológicos. Los celos patológicos serían aquellos que se manifiestan de manera continua, no se gestionan de una forma sana y adecuada y producen malestar o consecuencias negativas a la persona que los siente, a su pareja o ambos, afectando finalmente a la relación sentimental.
Además, en nuestra sociedad encontramos una cultura del amor romántico que puede llegar a fomentar los celos con frases típicas como “si se pone celoso es porque le importas y te quiere” o “ por amor todo vale”; justificando así comportamientos totalmente alejados de lo que realmente es un amor sano. Algunos de estos comportamientos pueden ser controlar a tu pareja mediante preguntas, revisando su teléfono, exigir saber dónde está en todo momento, etc.
Por tanto, los celos no surgen del amor, sino del miedo y la inseguridad. Las causas de estos pueden ser diversas y varían de una persona a otra. Algunos factores que pueden desencadenar los celos son:
- Baja autoestima: personas que consideran que no valen lo suficiente y que su pareja va a abandonarlos en algún momento por alguien que consideran “mejor”.
- Miedo al abandono y a estar solo: esto puede generar dependencia por la otra persona. En una relación sana ambos miembros de la pareja necesitan tener autonomía y un espacio para ellos mismos.
- Infidelidades anteriores: experiencias así generan preocupación y miedo a volver a sentir lo mismo, aunque la pareja en cuestión fuera otra persona diferente.
- Creencias distorsionadas sobre lo que es el amor y las relaciones: como se ha mencionado anteriormente, el tener creencias erróneas de lo que es el amor y la relación de pareja puede generar una idea alejada de lo que es el amor sano, dando lugar a la posesividad y una necesidad de control de nuestra pareja.
Ahora bien, ¿Qué debo hacer ante los celos de mi pareja?
- No ceder ante las exigencias o formas de control: mantener tus relaciones sociales y hobbies, no dejarle tu teléfono ni compartir contraseñas si no estás de acuerdo, etc.
- Mejorar la comunicación en pareja y establecer límites en vuestra relación: por ejemplo, puede ser que el concepto que tengo por infidelidad no sea el mismo que tiene la otra persona. Por ello, es fundamental hablar sobre las inquietudes y expectativas que pueden tener ambos miembros de la relación.
- Respetar lo que se haya hablado y las decisiones que se hayan tomado.
- Intentar ponerse en el lugar de la pareja: Para comprender qué ha podido generar estos sentimientos, sin justificar sus celos ni actitudes dañinas.
- Sugerir a tu pareja que pida ayuda profesional, ya que los celos pueden ser difíciles de gestionar por uno mismo.
- Considerar romper la relación si esta no mejora, a pesar de haberlo intentado, y la situación ya no es sostenible.
¿Y qué debo hacer si soy yo quien siente celos?
- Reconocer los celos: no confundirlos con otras emociones como el enfado o la envidia. Esto es un paso fundamental para poder identificar qué genera los celos y cómo trabajarlos.
- Comunicar tus celos a tu pareja de forma asertiva y no responsabilizarla de ellos: por ejemplo, en lugar de decirle a tu pareja “me molesta que salgas siempre con tus amigos sin mí. Parece que te lo pasas mejor con ellos” otra forma más asertiva sería “cuando sales con tus amigos y no me invitas me siento un poco excluido. Me gustaría que alguna vez me incluyas y así poder conocerlos mejor”.
- Mantener el control: En situaciones en las que sentimos que los celos nos invaden y no dejarnos llevar por impulsos, como revisarle el móvil o cuestionar a nuestra pareja innecesariamente.
- Trabajar la confianza (en uno mismo y en la pareja) y autoestima, así como las habilidades sociales y la asertividad. Para ello puede ser una buena opción buscar ayuda profesional.
- Deshacernos de las etiquetas: no eres una persona celosa, eres una persona que está manifestando una emoción de una manera no adecuada. No es algo con lo que se nace, se puede trabajar en ello y mejorar.