La procrastinación ¿Qué es y como evitarlo?

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Qué es y cómo evitar la procrastinación

¿Te ha pasado que tienes una lista interminable de tareas y, aun así, terminas viendo videos de gatos o reorganizando el cajón de los calcetines? No estás solo. La procrastinación es ese extraño hábito que nos aleja de nuestras metas, pero que también nos envuelve en una falsa sensación de control. En este artículo vamos a descubrir qué hay detrás de este fenómeno, cómo afecta nuestra mente y, lo más importante, qué podemos hacer para romper el ciclo. Si alguna vez te has preguntado por qué tu «yo de mañana» siempre parece más confiado que el «yo de hoy», este texto es para ti, ya que te explicamos cómo evitar la procrastinación y mejorar tu productividad en el día día.

¿QUÉ ES LA PROCRASTINACIÓN?

La procrastinación es la tendencia a aplazar el inicio y/o finalización de tareas que se tenía la intención de realizar, acompañada normalmente de un malestar subjetivo, ansiedad o preocupación. De una manera más coloquial, consiste en dejar para “mañana” lo que podemos hacer hoy, sintiéndonos finalmente mal por ello. 

POSIBLES CAUSAS

La tendencia a posponer el inicio o la finalización de las actividades se puede deber a numerosos factores. Entre ellos se encuentran: 

• Miedo al fracaso o al éxito: a veces posponemos tareas porque nos asusta no estar a la altura, o las posibles consecuencias que podría traer el éxito
• Falta de motivación: si no encontramos el sentido o valor en las tareas que realizamos, es más probable que las dejemos para más adelante
• Perfeccionismo: la búsqueda de la perfección puede hacer que nos paralicemos o no empecemos una actividad por miedo a no hacerlo exactamente como esperamos, a no cumplir nuestras expectativas
• Recompensas inmediatas: optamos por actividades placenteras a corto plazo, en lugar de afrontar tareas más difíciles e importantes cuya recompensa no es inmediata. Por ejemplo, utilizamos las redes sociales cuando no tenemos ganas de hacer una tarea más exigente
• Cansancio o sobrecarga: cuando estamos cansados preferimos evitar cualquier cosa que demande esfuerzo 
• Falta de organización: cuando tenemos muchas tareas, no sabemos cual es objetivo o no sabemos por donde empezar, procrastinar es una forma de aplazar esta decisión

¿QUÉ CONSECUENCIAS PUEDE TENER?

Pese a reducir a corto plazo el malestar que nos produce realizar una tarea determinada, la procrastinación puede tener consecuencias negativas cuando se realiza de manera habitual y prolongada en el tiempo: 

1. Estrés y ansiedad: dejar las tareas para el último momento genera una presión innecesaria, pudiendo aumentar los niveles de estrés y afectando a nuestra salud mental
2. Impacto en la autoestima: procrastinar puede llevar a sentimientos de culpa y frustración, haciéndonos creer que no somos capaces de realizar determinadas tareas y afectando a la confianza en nosotros mismos
3. Baja productividad: al retrasar actividades, estas se acumulan, dificultando la consecución de algunos objetivos
4. Pérdida de oportunidades: al postergar decisiones importantes, podemos estar perdiendo oportunidades en lo profesional y lo personal
5. Relaciones afectadas: si la procrastinación afecta a compromisos con las personas que nos rodean, se pueden llegar a dar conflictos interpersonales

¿ Cómo evitar la procrastinación?

• Técnica Pomodoro: trabaja en bloques de 25 minutos seguidos de descansos cortos de 5 minutos. Es ideal para mantener el enfoque y dividir tareas en partes más manejables.
• Listas de tareas y prioridades: organiza tus tareas y actividades por importancia y urgencia.
• Establecimiento de metas: fija metas claras y alcanzables. Divide las metas grandes en subobjetivos más pequeños y manejables.

• Modificación del entorno: identifica y minimiza las distracciones y mantén un espacio de trabajo limpio y ordenado que te ayude a concentrarte en las tareas importantes.

• Mindfulness y meditación: esto puede ayudarte a manejar el estrés y la ansiedad, reduciendo la tendencia a procrastinar.

• Uso de la tecnología: puedes utilizar aplicaciones para gestionar el tiempo y reducir las distracciones.

• Autocompasión: utilizar un lenguaje interno más agradable con uno mismo puede ayudar a reducir la autocrítica y el perfeccionismo, reduciendo de esta forma la tendencia a procrastinar. 

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Autora :Andrea Blázquez Sánchez