
03 Abr Doomscrolling: ¿Por qué nos enganchamos a las noticias negativas?
Vivimos en una era en la que la información está disponible las 24 horas del día. Sin embargo, muchas veces, en lugar de informarnos de manera equilibrada, nos encontramos atrapados en un ciclo de consumo excesivo de noticias negativas, un fenómeno conocido como doomscrolling. ¿Por qué nos sucede esto? ¿Y qué impacto tiene en nuestra salud mental?
Nuestro cerebro y la atracción por lo negativo
Nuestro cerebro ha evolucionado para detectar peligros en el entorno. En tiempos antiguos, esta capacidad nos ayudaba a sobrevivir, ya que prestar atención a amenazas como depredadores o peligros naturales nos permitía reaccionar a tiempo. Hoy en día, aunque no enfrentamos los mismos riesgos, nuestro cerebro sigue priorizando la información sobre amenazas, lo que nos hace más propensos a enfocarnos en noticias negativas.
Además, cada vez que leemos información alarmante, nuestro cuerpo reacciona como si estuviéramos en peligro real. Se liberan hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina, lo que nos mantiene en un estado de alerta y nos impulsa a seguir buscando más noticias, perpetuando el ciclo del doomscrolling.
El sistema nervioso y la respuesta al doomscrolling
Para entender cómo afecta el doomscrolling a nuestro cuerpo, imaginemos nuestro sistema nervioso como un regulador de seguridad. Este tiene dos estados principales:
– Modo de alerta (activado por el estrés): Cuando percibimos una amenaza, nuestro sistema nervioso nos prepara para actuar: nuestro corazón se acelera, la respiración se vuelve rápida y los músculos se tensan. Esto nos ayuda a reaccionar en situaciones de peligro real, pero también ocurre cuando estamos expuestos a noticias negativas de forma continua.
– Modo de relajación (equilibrio y calma): Cuando el peligro desaparece, nuestro cuerpo debería regresar a un estado de calma. Sin embargo, si estamos constantemente expuestos a noticias negativas, es más difícil desconectarnos y relajarnos.
La Teoría Polivagal, propuesta por el neurocientífico Stephen Porges, explica que nuestro sistema nervioso no solo responde al peligro, sino que también se adapta a nuestras experiencias diarias. Cuando estamos expuestos repetidamente a noticias angustiantes, nuestro sistema puede quedar atrapado en un estado de activación constante, generando síntomas como ansiedad, insomnio y dificultad para concentrarnos.
Cómo romper el ciclo del doomscrolling
Afortunadamente, podemos entrenar a nuestro cerebro y sistema nervioso para salir de este ciclo. Algunas estrategias útiles incluyen:
– Establecer límites de tiempo: Fijar horarios específicos para leer noticias y evitar el consumo constante. Utilizar temporizadores o aplicaciones que limiten el acceso a redes sociales y medios informativos puede ayudar a controlar la exposición.
- Filtrar fuentes de información: Elegir medios confiables y evitar caer en noticias alarmistas o desinformación. Seguir fuentes especializadas y periodismo de calidad permite un consumo más consciente y equilibrado.
- Practicar técnicas de relajación: La respiración profunda, la meditación, el yoga o simplemente hacer pausas durante el día pueden ayudar a regular el sistema nervioso y reducir la ansiedad. También es útil incorporar actividades físicas como caminar o estiramientos para liberar tensión acumulada.
- Equilibrar la información: Buscar también noticias positivas o inspiradoras para contrarrestar el impacto del contenido negativo. Seguir fuentes que compartan avances científicos, historias de superación o logros comunitarios puede brindar un respiro emocional.
- Fomentar hábitos digitales saludables: Establecer rutinas sin pantallas antes de dormir, practicar el consumo consciente de información y fomentar interacciones sociales fuera del ámbito digital ayudan a reducir la dependencia informativa y mejorar el bienestar general.
- Desarrollar la autorregulación emocional: Ser conscientes de cómo nos afectan las noticias y aprender a gestionar nuestras emociones frente a ellas es clave. Llevar un diario de emociones o hablar con alguien de confianza sobre lo que sentimos puede ser una herramienta útil.
Conclusión
El doomscrolling puede afectar nuestra salud mental al mantenernos en un estado de alerta constante. Comprender cómo funciona nuestro sistema nervioso y aplicar estrategias de regulación emocional nos permite reducir la ansiedad y recuperar el equilibrio. Al establecer hábitos digitales más saludables, podemos mejorar nuestro bienestar y evitar que las noticias negativas controlen nuestra vida.