Las consecuencias de la hiperexigencia y cómo trabajarla

Hoy en día vivimos en una sociedad en el que la perfección está de moda. Solo enseñamos lo bueno, aunque sea falso. Eso hace que lo que veamos también sea solo lo “perfecta” que es la vida de los que nos rodean. De manera que vivimos con unas expectativas que, para poder llegar a ellas, se fomenta en nosotros una autoexigencia muy alta. A veces demasiado. Y cuando eso ocurre, puede repercutir negativamente en nuestro día a día.

Pero, realmente, ¿hasta dónde pueden llegar las consecuencias de la hiperexigencia? A continuación, describimos algunas de ellas:

1. Ansiedad y estrés: la hiperexigencia crea una presión constante para lograr esas expectativas que tenemos impuestas. Si, además, los estándares que nos ponemos son irreales, podemos llegar a experimentar una sensación de inquietud y preocupación constante sobre su desempeño.
2. Baja autoestima: cuando los estándares son tan altos que resulta imposible alcanzarlos, es probable que nos sintamos insatisfechos con nosotros mismos. Este sentimiento de no ser lo suficientemente buenos puede minar la autoestima y generar un ciclo de autocrítica negativa.
3. Perfeccionismo paralizante: la búsqueda implacable de la perfección nos puede llevar a la procrastinación y a la evitación de tareas por miedo fracasar. En lugar de avanzar con confianza, la hiperexigencia puede llevarnos a quedarnos estancados en un estado de indecisión.
4. Relaciones interpersonales deterioradas: la hiperexigencia no solo afecta la relación de uno consigo mismo, sino también las relaciones con los demás. Las expectativas poco realistas pueden generar conflictos interpersonales, ya que es posible que esperemos que los demás cumplan con estándares demasiado altos también.
5. Agotamiento emocional: mantener un nivel constante de exigencia puede resultar agotador física y emocionalmente. La sensación de estar siempre en guardia y en búsqueda de la perfección puede llevarnos al agotamiento emocional y al colapso mental.

¿Cuáles son algunas formas de trabajarla?

1. Practicar la autoaceptación: reconocer y aceptar que es humano cometer errores y que la perfección es una meta inalcanzable puede ser el primer paso para superar la hiperexigencia. Cultivar la comprensión y la bondad hacia uno mismo puede ayudar a reducir la autocrítica destructiva.
2. Establecer metas realistas: en lugar de buscar la perfección absoluta, es necesario establecer metas alcanzables y realistas. Dividir grandes tareas en pasos más pequeños y celebrar los logros, por mínimos que sean, puede fomentar un sentido de progreso y satisfacción.
3. Practicar el autocuidado: incorporar actividades que promuevan el bienestar físico y emocional puede ayudar a contrarrestar los efectos negativos de la hiperexigencia. El ejercicio regular, la meditación, el tiempo de ocio y la conexión social son fundamentales para mantener un equilibrio saludable en la vida.
4. Cuestionar los pensamientos perfeccionistas: desafiar las creencias irracionales sobre la perfección y el fracaso puede ayudar a cambiar la perspectiva hacia una más realista y compasiva. Preguntarse a uno mismo si realmente es necesario ser perfecto en todo momento puede abrir la puerta a una mayor flexibilidad mental.
5. Buscar apoyo profesional: si aún así, no mejoras o sientes que estás en un círculo vicioso del que no puedes salir, es conveniente buscar ayuda profesional. Una visión objetiva y externa a nosotros, que esté capacitada para distinguir esos pensamientos, emociones y sentimientos, puede ser de gran ayuda para empezar un proceso de cambio.

En conclusión, la hiperexigencia puede tener efectos perjudiciales en la salud mental y el bienestar emocional. Sin embargo, con conciencia, esfuerzo y las estrategias adecuadas, es posible trabajar este patrón de comportamiento y cultivar una relación más compasiva y equilibrada con uno mismo y con los demás.

Así que, si después de intentar trabajar los síntomas que hemos mencionado antes, no ves la mejora que necesitas, Psytel puede acompañarte y darte las herramientas que necesitas para generar ese cambio.

Si después de intentar trabajar los síntomas que hemos mencionado no ves la mejora que necesitas, Psytel puede acompañarte y darte las herramientas que necesitas para generar ese cambio. La hiperexigencia y sus consecuencias se encuentra principalmente en el ámbito de la psicología clínica y la psicología de la salud. Dentro de estas ramas, se abordan varios aspectos específicos:

1. Psicología Clínica: Se centra en la evaluación, diagnóstico y tratamiento de trastornos mentales y emocionales. La hiperexigencia, la ansiedad, el estrés y la baja autoestima son temas comunes en esta área. Los psicólogos clínicos trabajan con individuos para desarrollar estrategias y habilidades para manejar estos problemas.
2. Psicología de la Salud: Se enfoca en cómo factores psicológicos, biológicos y sociales afectan la salud y el bienestar. La hiperexigencia puede tener un impacto significativo en la salud física y emocional, y los profesionales en esta área buscan entender y mitigar estos efectos.
3. Psicología Cognitivo-Conductual: Esta subrama de la psicología clínica utiliza principios del aprendizaje para modificar pensamientos y comportamientos disfuncionales. Las técnicas cognitivo-conductuales son efectivas para tratar la hiperexigencia y el perfeccionismo, ayudando a los individuos a desarrollar pensamientos y comportamientos más adaptativos.
4. Psicoterapia Humanista: Se centra en el potencial de crecimiento personal y autoaceptación. Esta perspectiva es útil para abordar la hiperexigencia, fomentando la autoaceptación y la compasión hacia uno mismo.
5. Psicología Positiva: Estudia los aspectos positivos de la experiencia humana, como la felicidad y el bienestar. Los enfoques de psicología positiva pueden ser útiles para contrarrestar los efectos negativos de la hiperexigencia, promoviendo una visión más equilibrada y positiva de uno mismo.

Estos enfoques y ramas de la psicología proporcionan una amplia gama de herramientas y perspectivas para abordar y trabajar con la hiperexigencia y sus consecuencias.

Autor: Isabel de Ibarra, alumna de Psytel.