
01 Abr Asertividad y Derechos Asertivos: Claves para una Comunicación Efectiva
En la vida cotidiana, nos enfrentamos a innumerables interacciones sociales que pueden influir en nuestro bienestar emocional. Sin embargo, no siempre sabemos cómo expresarnos de manera clara y respetuosa, lo que puede generar conflictos o frustraciones. Aquí es donde entra en juego la asertividad, una habilidad esencial para comunicarnos con seguridad sin caer en la agresividad o la pasividad. Aprender a ser asertivos y conocer nuestros derechos asertivos nos ayuda a establecer relaciones más equilibradas y satisfactorias.
Los Tres Estilos de Comunicación
Cuando interactuamos con los demás, podemos adoptar diferentes estilos de comunicación. Los más comunes son:
- Comunicación pasiva: Las personas con este estilo evitan el conflicto y priorizan los deseos de los demás sobre los propios. Suelen tener dificultades para expresar sus opiniones y pueden experimentar frustración o resentimiento acumulado.
- Comunicación agresiva: En este caso, la persona impone sus necesidades y opiniones sin considerar las de los demás. Utilizan un tono autoritario y, en ocasiones, recurren a la intimidación, lo que genera rechazo y conflictos en sus relaciones interpersonales.
- Comunicación asertiva: Es el equilibrio entre los dos anteriores. Una persona asertiva expresa sus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, sin menospreciar a los demás ni permitir que los demás la menosprecien.
Un ejemplo práctico para entender cada estilo de comunicación
Imaginemos que estamos en la fila del supermercado y alguien se cuela delante de nosotros. Dependiendo del estilo de comunicación que utilicemos, nuestra reacción será diferente:
- Comunicación pasiva: No decimos nada y dejamos que la persona se cuele, aunque nos sintamos molestos o frustrados.
- Comunicación agresiva: Le decimos de forma airada: «¡Oye, ¡qué te pasa! ¡No seas cara dura, vuelve a tu lugar!», elevando el tono y generando un conflicto.
- Comunicación asertiva: Decimos con calma y firmeza: «Disculpa, creo que yo estaba antes en la fila. ¿Podrías respetar el orden, por favor?». De esta forma, expresamos nuestro malestar sin ser agresivos ni quedarnos callados.
¿Qué es la Asertividad?
La asertividad es la capacidad de expresar pensamientos, emociones y necesidades de manera honesta y directa, sin ser agresivo ni pasivo. Se trata de defender nuestros derechos y opiniones respetando a los demás. Una persona asertiva sabe decir «no» sin culpa, expresar sus sentimientos sin temor y resolver conflictos de manera constructiva.
Practicar la asertividad no solo mejora nuestras relaciones personales y profesionales, sino que también aumenta nuestra autoestima y bienestar emocional. Nos permite comunicarnos con claridad, reducir el estrés y fortalecer nuestra confianza en nosotros mismos.
¿Qué son los Derechos Asertivos y cuáles son?
Los derechos asertivos son principios fundamentales que nos recuerdan que todos tenemos el derecho a expresarnos y a ser tratados con respeto. Algunos de los más importantes incluyen:
- El derecho a ser tratado con respeto y dignidad.
- El derecho a ser escuchado/a y tomado/a en cuenta
- El derecho a decir “no” sin sentir culpa
- El derecho a pedir lo que quiero, dándome cuenta de que también mi interlocutor/a tiene derecho a decir que no
- El derecho a cambiar de opinión, de objetivos, de estilo de vida…
- El derecho a cometer errores, incluso varias veces sobre lo mismo
- El derecho a tener problemas
- El derecho a estar enfermo/a
- El derecho a tener una trayectoria vital diferente en lo profesional, afectivo…
- El derecho a ser juez de mis propios actos
- El derecho a no ser perfecto/a a nivel intelectual, físico, moral…
- El derecho a ser independiente o a depender
- El derecho a tener éxito o no tenerlo
- El derecho a decidir qué hacer con mis propiedades, cuerpo, tiempo, etc., mientras no vulnere los derechos de otras personas
- El derecho a gozar y disfrutar
- El derecho a sentir y expresarlo
- El derecho a no saber y a aprender
- El derecho a ser uno/a mismo/a
- El derecho a no responsabilizarme de las emociones de los demás
- El derecho a decidir no ser asertivo/a
Conocer y ejercer estos derechos nos permite establecer límites saludables y fomentar interacciones basadas en el respeto mutuo. La asertividad es una herramienta poderosa que nos empodera y mejora nuestra calidad de vida, permitiéndonos vivir con mayor autenticidad y confianza.
Autor: Andrea Blázquez Sánchez