
09 May EL RAZONAMIENTO EMOCIONAL
Qué es el razonamiento emocional
El razonamiento emocional es una distorsión cognitiva que ocurre cuando la persona interpreta la realidad basándose en sus emociones en lugar de basarse en hechos objetivos. Es decir, hablamos de una distorsión del procesamiento de la información en la cual la persona infiere la veracidad de la situación que está experimentando a partir de cómo se siente, sin cuestionar si esos sentimientos son racionales o justificados (Beck, 2011) .
Burns (1980), pionero en el estudio de las distorsiones cognitivas, señaló que estas se fundamentan en la creencia de que “si siento algo, entonces debe ser verdad”, lo que puede dar cabida a la posibilidad de experimentar interpretaciones distorsionadas tanto de uno mismo o de las demás personas, como de eventos cotidianos.
Asimismo, David Clark y Aaron Beck (2012), respaldaron la idea de que esta forma de pensamiento era común en trastornos del estado de ánimo como la ansiedad o la depresión al reforzar a través de este tipo de razonamiento los pensamientos automáticos negativos que aparecen durante estas patologías y que normalmente no coinciden con la realidad.
Distorsión cognitiva: patrones de pensamientos disfuncionales que contribuyen a una interpretación de la realidad de manera distorsionada dando lugar y manteniendo emociones negativas y comportamientos disfuncionales (Aaron T. Beck, 1976).
Cómo nos afecta el razonamiento emocional en el día a día
- Distorsiona la percepción de la realidad: cómo Beck (1976) explicaba sobre las distorsiones cognitivas, afectan a la interpretación de las situaciones, dando lugar a una realidad distorsionada creyendo que es una realidad objetiva.
- Alimenta emociones negativas: el razonamiento emocional puede intensificar las emociones como la tristeza, la ira o la ansiedad si no se identifica y se trabaja al interpretarlas de manera constante como señales verídicas de la realidad (David D. Burns, 1980).
- Influye en la toma de decisiones: tomar decisiones basadas en emociones irracionales en lugar de en evidencias puede afectar negativamente el juicio llevando a elecciones poco adaptativas o impulsivas (Albert Ellis y Robert A. Harper, 1975).
- Impacta la autoestima: tener pensamientos irracionales constantes sobre sentirse inferior o fracasado pueden tomarse como hechos verídicos, llegando a afectar a la autopercepción (Judith S. Beck, 2011).
Influencia del razonamiento emocional en la depresión y ansiedad
Tal como se mencionaba anteriormente, esta forma de pensamiento, David Clark y Aaron Beck (2012), señalaron que era frecuente en trastornos del estado de ánimo como la ansiedad o la depresión, ya que reforzar los pensamientos automáticos negativos característicos de estas dos patologías.
Respecto a la depresión, es habitual que las personas experimenten sensaciones de tristeza, inutilidad, desesperanza… y al aplicar el razonamiento emocional convierten esos sentimientos en afirmaciones absolutas o “pruebas” de que por ejemplo su vida realmente no tiene valor o de que son un fracaso, sin llegar a cuestionarlo racionalmente (Aaron T. Beck, 1979).
Es por esto mismo que al juntarse estas dos características refuerzan las creencias nucleares negativas sobre uno mismo e incluso puede generar un bucle emocional negativo.
Por otro lado, respecto a la ansiedad, es habitual que las personas experimenten sensaciones de miedo o inquietud en la mayoría de situaciones interpretándolas como señales de peligro aun sin pruebas objetivas de ello, lo que lleva a una sobreestimación del riesgo.
En estos casos, cuando la persona ponga en marcha su razonamiento emocional va a interpretar su miedo o tensión como evidencia y señal de peligro real, lo que va a provocar que se dificulte el procesamiento racional de la amenaza manteniendo el ciclo ansioso y la evitación de situaciones que en realidad no son peligrosas (Clark, D. A., & Beck, A. T, 2010).
Conclusión
El razonamiento emocional, una distorsión cognitiva que ocurre cuando la persona interpreta la realidad basándose en sus emociones en lugar de basarse en hechos objetivos, distorsiona su percepción y puede tener un impacto negativo significativo en la vida cotidiana. Este tipo de pensamiento se ha comprobado que contribuye al mantenimiento de emociones negativas, decisiones disfuncionales y una baja autoestima. Además, su influencia es especialmente relevante en trastornos como la ansiedad y la depresión, donde refuerza pensamientos automáticos negativos, perpetuando un ciclo de malestar emocional difícil de romper si no se identifica y se interviene adecuadamente.
Referencias bibliográficas
Beck, A. T. (1976). Cognitive therapy and the emotional disorders. International Universities Press.
Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., & Emery, G. (1979). Cognitive Therapy of Depression. New York: Guilford Press.
Burns, D. D. (1980). Feeling Good: The New Mood Therapy. New York: William Morrow and Company.
Beck, J. S. (2011). Cognitive Behavior Therapy: Basics and Beyond (2nd ed.). New York: Guilford Press.
Clark, D. A., & Beck, A. T. (2010). Cognitive Therapy of Anxiety Disorders: Science and Practice. New York: Guilford Press.
Clark, D. A., & Beck, A. T. (2012). The anxiety and worry workbook: The cognitive behavioral solution. Guilford Press.
Ellis, A., & Harper, R. A. (1975). A New Guide to Rational Living. Hollywood, CA: Wilshire Book Company
Autor: Ángela Higes Tejeda.