
22 Abr Herida de abandono en la infancia: cómo impacta en la vida adulta y cómo sanarla
Yolanda, cuenta un poco sobre las heridas de abandono, un tema central con una de sus pacientes.
Las heridas de abandono son una realidad que puede influir profundamente en nuestras vidas, pero ¿Qué implicaciones tienen realmente en nuestra adultez y cómo podemos abordarlas para sanar? En este artículo, exploraremos el concepto de la herida de abandono, sus consecuencias en la vida adulta y algunas estrategias para sanarla.
Entendiendo la herida de abandono
Las heridas emocionales son el resultado de experiencias que vivimos, especialmente durante la infancia, que dejan una marca en nuestra psique y que influyen en nuestra forma de relacionarnos con el mundo.
La herida de abandono se manifiesta cuando nuestras figuras de apego más significativas, generalmente nuestros padres, no están disponibles para nosotros, ya sea física o emocionalmente, en momentos de necesidad. Este tipo de abandono puede dejar una marca profunda en nuestro ser, con efectos que perduran hasta la vida adulta. Expondremos un ejemplo del libro No soy yo (González, 2017) sobre las heridas de la infancia: una niña vuelve a casa con las rodillas raspadas, busca a su madre, pero se la encuentra muy cansada tras una larga jornada de trabajo. La niña decide no decir nada para no molestar.
Consecuencias en la vida adulta
El impacto del abandono emocional en la infancia se extiende a la vida adulta de diversas maneras:
- Miedo a la soledad y dependencia emocional: Aquellos que han experimentado abandono emocional a menudo luchan con un miedo intenso a la soledad y pueden buscar constantemente la compañía de otros para evitar sentirse
- Baja autoestima y sentimientos de inadecuación: Las personas afectadas por la herida de abandono pueden sentir que no son dignas de amor y atención. Por esto tienden a ser personas muy complacientes, siempre dispuestas a ayudar, pero a la vez muy reticentes a pedir ayuda al sentir que no la merecen o que para obtenerla tienen que ganársela previamente.
- Dificultades en las relaciones interpersonales: El abandono emocional puede dificultar la capacidad de establecer y mantener relaciones seguras en la vida adulta. Pueden surgir problemas para confiar en los demás, establecer límites adecuados y expresar las necesidades de manera Sienten que deben de “ganarse” al resto y que si no hacen nada estarán en peligro de ser abandonados.
- Dificultades para regular las emociones: Lo que necesita un niño desregulado es de un adulto regulado a su lado. Las personas que han sufrido abandono emocional pueden tener dificultades para regular sus emociones al haber aprendido a regularse de manera autónoma, sin un adulto que les guíe y esté presente cuando lo necesitan.
- Miedo a la intimidad y al compromiso: El miedo a la intimidad y el compromiso puede ser una consecuencia del abandono emocional, lo que puede llevar a evitar relaciones íntimas por temor a que les hieran o miedo a ser abandonados
Sanar la herida de abandono es un proceso que requiere tiempo, paciencia y compasión hacia uno mismo. El primer paso es tomar conciencia del impacto que estas experiencias han tenido en nuestra vida y nuestra forma de relacionarnos con el mundo.
La terapia puede ser una herramienta clave en este proceso, brindando un espacio seguro para explorar y procesar nuestras emociones. Es importante aprender a identificar qué desencadena nuestras heridas emocionales y desarrollar estrategias para aprender a controlarlas.
Uno de los principales objetivos en terapia es conseguir que se den importancia a sí mismos, a sus emociones, pensamientos y necesidades. Algunos terapeutas han abordado este objetivo desde el trabajo con el niño interior.
Este trabajo, entre otras cuestiones pretende que se mire a ese niño herido y devolverle la atención e importancia que se merece. Reconocer que merecemos amor y cuidado, tanto de los demás como de nosotros mismos, es esencial para nuestro crecimiento emocional y nuestra capacidad para establecer relaciones seguras y estables con los demás.
Referencias:
Gonzalez, A. (2017). No soy yo: entendiendo el trauma complejo, el apego, y la disociación: una guía para pacientes y profesionales.
Autor: Yolanda Gil Gisado, alumna de Psytel.
Si has leído este artículo algo te resuena, te invito a que reflexiones sobre la herida de abandono y sobre si crees que afecta en tu vida hoy en día. Si es así háblalo, busca ayuda de un profesional. Recuerda que pedir ayuda es dar importancia a nuestras necesidades, es un acto de amor propio y eres merecedor de ella.