
10 Abr Anhedonia: ¿Por qué ya no disfruto de las cosas como antes?
¿Alguna vez has sentido que ya no disfrutas de experiencias o situaciones con las que antes sí lo hacías? Es común que, cuando estamos pasando por una situación de estrés o tristeza, disminuya el placer que experimentamos con algunas cosas. Sin embargo, cuando esta sensación se mantiene en el tiempo, podríamos estar hablando de anhedonia.
Según el DSM-5, la anhedonia se define como la «disminución del interés o placer en respuesta a estímulos previamente gratificantes en una fase premórbida». Es decir, hace referencia a la dificultad o incapacidad de sentir placer por actividades que antes resultaban agradables.
La anhedonia no es un trastorno en sí, sino un síntoma. Se asocia comúnmente con trastornos como la depresión, trastornos de ansiedad, esquizofrenia o algunos trastornos de personalidad. Sin embargo, también puede aparecer de manera aislada o en situaciones de alto estrés, como el burnout. Además, el consumo de sustancias como el alcohol o las drogas puede influir en su aparición.
¿En qué se diferencia la apatía de la anhedonia? ¿Y de la alexitimia?
- Apatía vs. anhedonia: La apatía se caracteriza por una falta de motivación o interés, pero las personas que la presentan sí pueden experimentar placer en algunas actividades. En cambio, la anhedonia implica una desconexión emocional que dificulta esa experimentación del placer.
- Alexitimia vs. anhedonia: La alexitimia se refiere a la dificultad para identificar y expresar emociones, tanto propias como ajenas. Las personas con anhedonia sí pueden reconocer sus emociones, pero no sienten placer.
¿Cómo saber si es anhedonia?
Es importante diferenciar también la tristeza de la anhedonia. La tristeza es una emoción natural que puede surgir en situaciones puntuales, mientras que la anhedonia implica una desconexión más persistente que afecta a la capacidad de disfrutar incluso de las cosas más simples.
Los síntomas que pueden aparecer en la anhedonia son:
- Pérdida de interés y capacidad de experimentar placer en algunas o la mayoría de las actividades cotidianas.
- Dificultad para concentrarse.
- Sentimiento de insatisfacción generalizada.
- Pérdida de la libido.
- Alteración en el apetito y aumento o pérdida de peso significativo.
- Alteración en el sueño: dificultad para conciliar el sueño o exceso de este.
- Aislamiento social.
- Tendencia a mostrar felicidad, aunque realmente no se experimente.
- Sensación de poca energía o cansancio.
- Sentimientos de culpa o inutilidad.
- Sensación generalizada de vacío.
- Pensamientos relacionados con la muerte o suicidio.
¿Qué hacer si tengo anhedonia?
A continuación, presentamos una serie de recursos que pueden ser útiles ante la anhedonia. Pero es fundamental saber que no sustituyen a una terapia psicológica, ya que, como se ha comentado anteriormente, la anhedonia puede ser un síntoma de un trastorno más complejo.
- Autocuidado: La anhedonia puede generar pensamientos y emociones negativos, como la frustración o desesperanza. Es importante darnos tiempo para recuperarnos, ser amable con nosotros mismos y tener en cuenta que el proceso será gradual.
- Apoyo social: Mantener el contacto con familiares y amigos que puedan apoyarnos y comprendernos es muy importante. También puede ser beneficioso buscar algún grupo de apoyo o terapia grupal, donde podemos conocer personas que pueden estar pasando por situaciones similares.
- Realizar actividades placenteras: Aunque al inicio puede resultar difícil, es recomendable retomar aquellas actividades que antes resultaban placenteras, como escuchar música, hacer ejercicio, leer… También es recomendable probar nuevas actividades que puedan generar experiencias positivas. No es necesario que estas actividades sean exigentes o complejas, pueden ser acciones simples como salir a dar un paseo o preparar nuestra comida favorita.
- Objetivos y metas realistas a corto plazo: La anhedonia puede hacer que todo parezca monótono o carente de sentido, por lo que establecer metas pequeñas y alcanzables puede ayudar a recuperar la motivación. Al principio, puede ser útil establecer objetivos sencillos, como salir a caminar 10 minutos al día o quedar con un amigo para tomar algo. Poco a poco, el realizar estos objetivos puede fortalecer la autoestima y fomentar una actitud más positiva.
- Llevar un estilo de vida saludable: Dormir lo suficiente, comer de forma equilibrada y realizar actividad física de manera regular es importante para nuestra salud mental y física, y puede tener un efecto positivo en nuestro estado de ánimo y sensación de bienestar.
Autor: Lara Peinado Conde