
12 Abr Los Duelos
El proceso duelo es una de las experiencias emocionales más complejas y dolorosas que podemos atravesar. La pérdida de una persona importante, ya sea por una separación, una ruptura o un fallecimiento, nos deja con un profundo vacío y una maraña de sentimientos que pueden resultar abrumadores. Sin embargo, aunque el dolor es inevitable, también es posible transitar el duelo de una manera saludable y constructiva. En este artículo exploraremos qué es el duelo, por qué nos afecta tanto y cómo podemos afrontarlo.
La ruptura de un vínculo: el inicio del duelo
Cuando establecemos un vínculo con alguien, creamos lazos emocionales profundos que nos aportan seguridad, compañía y sentido de pertenencia. La pérdida de estos lazos, ya sea con una pareja, un familiar o un amigo cercano, puede desencadenar un torbellino de emociones como tristeza, ira, confusión o incluso alivio. Es natural sentirnos desorientados y vulnerables, ya que nuestra rutina y nuestra identidad pueden verse afectadas. Comprender que esta reacción es normal es el primer paso para poder enfrentar el proceso de duelo con compasión hacia nosotros mismos.
Qué es el duelo
El duelo es el proceso emocional y psicológico que experimentamos tras una pérdida significativa. No se trata de un estado fijo, sino de un camino con distintas etapas. Estas etapas fueron descritas por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross y representan el proceso emocional que atravesamos cuando enfrentamos una pérdida. Aunque no todos pasan por estas etapas en el mismo orden o intensidad, suelen ser las siguientes:
- Negación: es la primera reacción ante la pérdida. Nos cuesta aceptar la realidad y podemos sentirnos confundidos, en shock o con la esperanza de que todo vuelva a ser como antes. Es un mecanismo de defensa que nos da tiempo para asimilar la situación.
- Ira: a medida que la realidad se impone, aparece la frustración y la rabia. Puede dirigirse hacia uno mismo, hacia los demás o incluso hacia la persona o situación perdida. También puede incluir sentimientos de injusticia y resentimiento.
- Negociación: intentamos buscar una manera de revertir la pérdida, aunque sea de forma simbólica. En esta etapa, pueden surgir pensamientos como «Si hubiera hecho algo diferente, esto no habría pasado» o «Si me esfuerzo lo suficiente, podré recuperarlo».
- Depresión: se manifiesta con tristeza profunda, desánimo y sensación de vacío. Es la etapa en la que realmente tomamos conciencia de la pérdida y de sus implicaciones. Puede ir acompañada de aislamiento, llanto y falta de interés en las actividades cotidianas.
- Aceptación: finalmente, llegamos a un punto donde la pérdida deja de ser una herida abierta y se convierte en parte de nuestra historia. No significa que olvidemos, sino que aprendemos a vivir con ello y encontramos formas de seguir adelante.
Es importante recordar que el duelo es un proceso individual y no lineal. Algunas personas pueden experimentar estas etapas en diferente orden o quedarse más tiempo en una de ellas. Lo fundamental es permitirse sentir, darse tiempo y buscar apoyo si es necesario.
¿Qué podemos hacer para abordarlo?
Aunque el duelo es un proceso doloroso, podemos intentar llevarlo de una manera más saludable:
- Cuidándonos a nosotros mismos: es fundamental prestar atención a nuestra salud física y emocional. Dormir bien, alimentarnos de manera equilibrada y mantener una rutina pueden ayudarnos a recuperar cierta estabilidad.
- Escuchándonos y dejándonos sentir: reprimir las emociones puede prolongar el proceso de duelo. Permitirnos llorar, sentir tristeza o incluso rabia es parte del proceso.
- Realizando actividades placenteras: aunque en un inicio pueda resultar difícil, retomar actividades que nos generen bienestar, como leer, hacer ejercicio o practicar un hobby, puede ayudarnos a recuperar el equilibrio emocional.
- Apoyándonos en quienes nos rodean: buscar la compañía de amigos, familiares o incluso un terapeuta nos permite expresar lo que sentimos y sentirnos comprendidos y apoyados.
El duelo no es un camino lineal ni fácil, pero con paciencia, autocuidado y apoyo, es posible llevarlo de una mejor manera. Recuerda que cada persona tiene el derecho de vivir el duelo a su manera, lo importante es tener paciencia, cuidarte a ti mismo/a, respetar tus ritmos, escucharte y permitirte sentir.
Autora: Andrea Blázquez Sánchez